
Arreglo de la vía Irazú: la gran mentira del año de la gerente del IBAL
La vía que conecta al sector de La Pola con el barrio Belén, a escasos metros de la Alcaldía y las oficinas del IBAL, es un reflejo de la desidia administrativa de Johana Aranda.
El pasado martes 29 de octubre, Erika Palma, gerente de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado IBAL, aseguró en un debate de control político en el Concejo de la ciudad, que las obras para mejorar las vías y el alcantarillado en sectores como el barrio Irazú, Villa Café y Nueva Castilla, entre otros comenzarían antes de finalizar 2024. Sin embargo, a semanas de terminar el año, el panorama es desolador: las promesas quedaron en el aire, y las vías en estado crítico continúan siendo un tormento diario para los habitantes y conductores.
La vía que conecta al sector de La Pola con el barrio Belén, a escasos metros de la Alcaldía y las oficinas del IBAL, es un reflejo de la desidia administrativa de Johana Aranda. Con huecos, hundimientos y ausencia total de mantenimiento, este tramo se ha convertido en un todo un dolor de cabeza para los conductores a la hora de transitar, pues han reportado daños constantes en sus vehículos. «Es indignante que una vía tan céntrica esté peor que un camino rural», comentó un conductor de la ciudad.
Pese a las promesas de Erika Palma de incluir la obra en el desfinanciado programa Combo 3×1, la vía principal sigue en condiciones deplorables. Los habitantes aseguraron que las lluvias han empeorado aún más el deterioro, pero no hay señales de intervención, solo anuncios vacíos que parecen olvidar a las comunidades más necesitadas.
El Combo 3×1, que supuestamente integraría el arreglo de vías, redes de acueducto y alcantarillado, no solo enfrenta falta de financiación, sino que también se ha convertido en una estrategia de discursos sin resultados. Según lo anunciado por Palma, sectores como Boyacá-Macarena, Gaitán y Nueva Castilla recibirían inversiones por más de $5.000 millones. Sin embargo, hasta ahora no se han visto avances significativos, y los líderes comunitarios califican esto como ‘cifras fantasmas’.
“Nos prometieron que cerrarían el año con obras, pero aquí no ha llegado ni una máquina. Lo único que tenemos son calles llenas de huecos y el cansancio de esperar”, denunció un líder de Villa Café.
Mientras tanto, ni la administración de Johana Aranda ni el IBAL han dado explicaciones sobre el atraso del inicio del proyecto y me incumplimiento de estas promesas. La falta de transparencia y la inacción generan una creciente indignación en los barrios afectados, quienes ven cómo el deterioro de las vías no solo complica la movilidad, sino que también afecta la calidad de vida de los residentes.