Crisis humanitaria en la cárcel de Picaleña: presos obligados a vivir entre las heces por falta de agua
La omisión de respuestas y medidas por parte del INPEC eleva esta dificultad a un nivel de urgencia humanitaria.
En medio de una profunda crisis humanitaria, Flor Múnera, miembro del Comité de Solidaridad con los Presos Políticos en Ibagué, denunció la desesperante situación que enfrentan los reclusos de la cárcel de Picaleña en Ibagué.
Con una población de 5800 personas, el centro penitenciario lleva ya 10 días sin agua, sumiendo a los intentos en condiciones inhumanas. A pesar de los incesantes esfuerzos por obtener el vital líquido, los trámites realizados no han dado frutos, dejando a los reclusos en una situación crítica.
El problema alcanza su punto más álgido en el bloque cinco, con 3200 personas, y en la cárcel vieja, con 2200 reclusos. Estos sectores llevan sufriendo la escasez de agua durante los 10 días, mientras que otros bloques también experimentan la falta de suministro desde hace varios días.
La gravedad de la situación es tal que algunos que los ‘plumas o caciques’, aprovechan la desesperación de los reclusos para lucrar, cobrando 5000 pesos por un balde de 5 litros de agua. Esta explotación despiadada solo profundiza la angustia de quienes ya enfrentan condiciones insalubres.
Flor Múnera, solicitó urgentemente a la Secretaría de Salud Municipal que declare la emergencia sanitaria en el bloque cinco y la cárcel vieja. La falta de agua ha generado un ambiente insalubre, afectando la salud de los presos que padecen problemas de piel, garganta y enfermedades respiratorias.
Lamentablemente, las instancias competentes incluyendo el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (INPEC), han permanecido indiferentes ante la crisis. A pesar de ocho días de solicitudes, cinco documentos enviados y la escalada de la situación a nivel nacional, no ha habido respuesta ni acciones para proporcionar el vital recurso a los afectados.
La omisión de respuestas y medidas por parte del INPEC eleva esta dificultad a un nivel de urgencia humanitaria, exigiendo una intervención inmediata para evitar mayores consecuencias para la salud y dignidad de los reclusos en la cárcel de Picaleña en Ibagué.
