Descarados ladrones hurtaron la I.E. Alberto Castilla, sede Topacio: ¡Hasta las materas se llevaron!
El pasado fin de semana, la sede Topacio sufrió un saqueo descarado.
La inseguridad en Ibagué ha alcanzado un nivel alarmante, donde ni siquiera los colegios son respetadas por los delincuentes.
Un ejemplo doloroso es el caso de la Institución Educativa Alberto Castilla, sede Topacio, donde la comunidad vive aterrorizada por la ola de robos que ha dejado a estudiantes y profesores en una situación de extrema vulnerabilidad.
El pasado fin de semana, la sede Topacio sufrió un saqueo descarado. Los delincuentes no solo se llevaron las materas, sino que ya habían robado anteriormente un tanque de agua y el cableado eléctrico, dejando al colegio sin agua ni luz. Como si esto no fuera suficiente, el celador, que había sido asignado temporalmente desde la sede principal, estuvo a punto de ser acuchillado por los ladrones. La situación es tan crítica que los mismos profesores temen por sus vidas, sabiendo que cada mañana al llegar al colegio, podrían ser víctimas de una agresión.
La construcción de un nuevo muro perimetral, que reemplaza a uno que estuvo en pie por 43 años y que estaba a punto de colapsar, ha dejado expuesta a la comunidad educativa. Con el antiguo muro derribado, el colegio quedó a merced de los delincuentes, quienes han saqueado sin piedad lo poco que quedaba. Desde puertas de baños hasta orinales, pasando por los lavamanos instalados para las medidas de higiene del COVID, todo ha sido robado.
Incluso la tienda escolar fue vaciada por los delincuentes, llevándose el sustento de los niños que dependen de esos alimentos.
Una docentes entrevistada, que prefirió mantenerse en el anonimato por miedo a represalias, expresó la desesperación y el miedo con los que conviven diariamente. “Estamos a la intemperie, nos lo han robado todo. Los profesores llegamos a las seis de la mañana con el temor constante de que alguien esté escondido para agredirnos. Es una tortura diaria,” comentó.
Lo más indignante es que, a pesar de las promesas de la alcaldesa de la ciudad Johana Aranda sobre la seguridad en las instituciones educativas, la realidad en la sede Topacio dista mucho de las declaraciones oficiales. “Este fin de semana saquearon la escuela, a pesar de que la alcaldesa aseguró que había seguridad. Es una gran mentira. Estamos solos, sin agua, sin luz, sin celadores. Aquí no hay control de nada,” añadió la profesora.
El panorama es desolador: los niños no tienen acceso a baños por falta de agua, las instalaciones eléctricas están destruidas, y el único trabajador asignado para la reconstrucción del muro parece estar abrumado por la magnitud de la tarea. La falta de recursos y personal hace que la finalización de las obras parezca un sueño lejano.
Ibagué enfrenta una crisis de seguridad que no solo afecta a sus ciudadanos en las calles, sino que ha llegado a las puertas de sus colegios, poniendo en riesgo la educación y el bienestar de los más vulnerables. Mientras los delincuentes continúan actuando con total impunidad, la comunidad educativa de la Institución Alberto Castilla clama por una respuesta efectiva que les devuelva la tranquilidad y la seguridad que tanto necesitan.