
Director de CAFASUR denunciado por acoso laboral y despidos arbitrarios
Desde su llegada al cargo, aseguran los trabajadores Melo Palma ha tomado decisiones arbitrarias que han afectado de manera directa la estabilidad de los mismo.
El ambiente en CAFASUR, la Caja de Compensación Familiar del Sur del Tolima, ha alcanzado un punto de quiebre. A pesar de las denuncias ante el Ministerio de Trabajo y la Superintendencia de Subsidio Familiar, las condiciones laborales no solo siguen siendo insoportables, sino que se han deteriorado aún más bajo la dirección de Carlos Alfonso Melo Palma. Esta situación no solo pone en evidencia según las denuncias las malas prácticas internas, sino que también desvela una red de favoritismos y relaciones familiares que parecen controlar la gestión de la caja.
Desde su llegada al cargo, aseguran los trabajadores Melo Palma ha tomado decisiones arbitrarias que han afectado de manera directa la estabilidad de los mismo. La persecución hacia los empleados al parecer se ha intensificado, especialmente hacia aquellos que no se alinean con los intereses del director.
En mayo de 2019, Melo Palma ordenó el despido sin justificación de Carlos Fernando Sánchez Ortega, jefe de planeación, a pesar que su contrato era indefinido. El resultado fue una indemnización por despido injusto que perjudicó directamente a CAFASUR, marcando el inicio de una serie de medidas punitivas contra empleados.
Las prácticas de acoso laboral no han quedado en el olvido. Numerosos empleados se han visto obligados a renunciar debido al ambiente hostil impuesto por la dirección. Entre los casos más notorios se encuentran los de Adela Prada, Heidy Johana Rendón, Jesika Lorena Oyuela, Oscar Julián Calderón, Carlos Andrés Gordillo, María Camila Márquez, entre otros. La presión ha sido tal que muchos prefirieron abandonar sus puestos antes que enfrentar una administración que los hostigaba constantemente.
No solo los empleados de planta se han visto afectados. Las pasantes del SENA también han sido víctimas de una pésima administración, ya que se les asignan tareas que no corresponden con su formación, y se les emiten certificaciones presuntamente falsas que no reflejan su verdadera experiencia laboral. Esta situación plantea serias dudas sobre el manejo ético de los recursos humanos en la entidad.
Uno de los hechos más escandalosos de este período ha sido la removida de la exrepresentante legal suplente, Amanda Montealegre García, quien fue desplazada en favor de Jonathan Steven Arias Meneses, jefe de la División Corporativa y Gestión Humana. Esta decisión parece ser parte de una estrategia para sofocar cualquier intento de denuncia o cuestionamiento sobre la gestión del director, sobre todo cuando se han presentado tres denuncias de acoso laboral en lo que va del 2024.
Las evidencias de acoso, aunque debidamente reportadas ante el Comité de Convivencia, no han tenido el respaldo que se esperaba, lo que ha motivado que algunos funcionarios tomen medidas más drásticas para visibilizar la situación.
El colmo de la arbitrariedad llegó con el despido de Yury Ximena Cardona López en julio de 2024, a quien se le cancelaron más de $15.000.000 por indemnización. El despido, realizado de manera intempestiva y sin la debida planificación, causó un detrimento patrimonial considerable para la caja.
Además, el puesto vacante fue ocupado por Kelly Jimena González, quien, curiosamente, fue la encargada de gestionar el proceso disciplinario contra la trabajadora despedida, lo que plantea serios conflictos de interés y evidencia un doble pago de salarios debido a la indemnización.
En una carta fechada el 28 de enero de 2025, Mary Sol Mendoza Acosta, Coordinadora de Educación y Cultura de CAFASUR, presentó su renuncia irrevocable, detallando las constantes situaciones de acoso laboral que ha enfrentado bajo la dirección de Carlos Alfonso Melo Palma. Después de 25 años de servicio, Mendoza Acosta puso al descubierto una serie de prácticas que incluyeron hostigamientos, acusaciones infundadas, trato desigual y un entorno laboral cada vez más hostil. La renuncia se dio en medio de un cuadro de estrés y problemas de salud provocados por esta constante presión laboral, que no solo afectó su bienestar físico y emocional, sino también su vida familiar.
A pesar de las denuncias ante la Superintendencia de Subsidio Familiar, la situación no ha mejorado. El informe final de la visita ordinaria de la Superintendencia ha señalado la falta de acción por parte de los responsables dentro de CAFASUR y la incapacidad del Comité de Convivencia para frenar el acoso. Además, la administración ha negado la existencia de acoso laboral, incluso cuando se ha demostrado lo contrario. Los esfuerzos por evitar la transparencia se han multiplicado, y las denuncias, aunque documentadas, parecen quedar en el olvido.
Los trabajadores de CAFASUR exigen una respuesta inmediata de las autoridades competentes y la puesta en marcha de investigaciones rigurosas para que estos hechos no queden en el olvido y se haga justicia por los abusos cometidos.