El microtráfico se apodera de Armero Guayabal
A pesar de las capturas realizadas en los últimos meses, aún persisten líderes delictivos que continúan operando y expandiendo su influencia en la zona.
Mauricio Cuéllar, alcalde de Armero Guayabal, manifestó en Conlaverdad.com su preocupación por el aumento del microtráfico en el municipio. Aunque reconoce avances en la lucha contra el abigeato, un problema que azotó a la región por años, Cuéllar afirma que el microtráfico se ha convertido en el nuevo «gran enemigo» de la población.
Según el mandatario, el microtráfico no solo representa un problema de salud pública, sino que también es la puerta de entrada para otros delitos graves como el secuestro y el hurto. «La preocupación es generalizada para todos», señala el alcalde, quien destaca la colaboración activa de la Policía, la Secretaría de Seguridad del departamento, el CTI y el Ejército en la búsqueda de más capturas que ayuden a reducir este flagelo. «Aunque hemos logrado algunas capturas importantes, todavía hay cabecillas operando. La idea es seguirlos atacando», añade.
El mandatario local menciona una reciente operación en la que fueron capturadas 11 personas relacionadas con una de las bandas de microtráfico más conocidas en la región. Sin embargo, advierte que estos golpes no han sido suficientes para erradicar por completo el problema.
Las investigaciones sugieren que los líderes criminales han logrado evadir a las autoridades y continúan delinquiendo, lo que representa un reto constante para la seguridad del municipio.
El incremento del microtráfico no solo afecta la seguridad, sino también la economía local. «Los municipios son una vitrina comercial, y en la medida en que se genere seguridad y se mejoren los temas de salud y recreación, seremos más atractivos para la inversión», explica Cuéllar.
No obstante, la percepción de inseguridad aleja a potenciales inversores, afectando el desarrollo económico de Armero Guayabal. La falta de seguridad convierte al municipio en un lugar menos atractivo para emprendedores y comerciantes, lo que puede llevar a una desaceleración económica.
El entrevistado sugiere que las bandas de microtráfico que operan en Armero Guayabal provienen de un corredor delictivo que conecta a municipios como Puerto Boyacá, La Dorada (Caldas) y Alvarado. «Ellos hacen en realidad como escuelas de formación de consumo y comercialización«, comenta el alcalde.
En muchos casos, estos grupos emergen como escisiones de bandas más grandes y continúan creciendo bajo el liderazgo de nuevos miembros, lo que dificulta aún más su erradicación.
El alcalde también resalta que estas organizaciones delictivas no son solo un problema local, sino que forman parte de un entramado criminal que opera en gran parte del país, alimentado por la falta de oportunidades y la pobreza que persisten en muchas comunidades.