
Embolatado contrato entre la Alcaldía y Findeter para la recuperación de la malla vial de Ibagué
Mientras tanto, la ciudad sigue esperando las obras prometidas.
El contrato de 118.000 millones de pesos para la recuperación de la malla vial de Ibagué, financiado con el empréstito de 150.000 millonesaprobado por el Concejo Municipal, a la alcaldesa Johana Aranda, está enredado. Un debate de control político dejó en evidencia que la Banca de Desarrollo Territorial, Findeter, no cuenta con los recursos para desembolsar el dinero, lo que obliga a la Alcaldía a buscar otro banco, hecho que incrementaría el pago de intereses.
El concejal Carlos Beltrán, citante al debate, expresó su preocupación por la falta de avances en este proyecto, que debería ser prioritario. “Veo con preocupación que el proyecto que no tiene el acelerador es el del mejoramiento de la malla vial. Los ibaguereños lo necesitan, pero es lo que más se está demorando”, señaló.
Findeter asegura que no tiene fondos, por lo que el dinero tendrá que buscarse en otro banco con una tasa preferencial. Sin embargo, el tiempo sigue corriendo y la malla vial sigue en pésimas condiciones.
Mientras la Alcaldía trata de resolver el problema financiero, la ejecución de los recursos del empréstito avanza a cuentagotas. Hasta ahora, lo único que ha tenido movimiento son los 15.000 millones de pesos destinados a la actualización del catastro multipropósito. Otros proyectos, como el Alto de la Virgen, la gasificación y el mejoramiento de vivienda rural, han mostrado cierto avance, pero el más urgente, el de la malla vial, sigue paralizado.
A pesar de las dificultades con los recursos del empréstito, la Administración Aranda reporta un superávit. Para el concejal Beltrán, esto no es motivo de celebración. “En una empresa privada, tener superávit es bueno, pero en lo público significa que no se están ejecutando los recursos como se debe. Hay más ingresos que gastos, pero las necesidades siguen ahí”, advirtió.
Además, señaló a las Secretaría de Infraestructura y de Gobierno por su baja ejecución presupuestal. “Hay proyectos engavetados y necesidades urgentes, pero no se ve ejecución. El llamado es a ponerle el acelerador”, concluyó.