Explotación minera ilegal tiene en jaque a la vereda La Helena de Ibagué
La situación se agrava con las detonaciones diarias que reverberan en el entorno.
Luz Mary Medina Sánchez, residente de la vereda La Helena, zona rural de Ibagué denunció en Conlaverdad.com una alarmante situación de explotación minera que no solo pone en jaque la única fuente de agua de la comunidad, sino que también genera un daño ambiental irreversible. Según Medina, una mina de oro está operando en el terreno de su madre, Hermelinda Sánchez, a pesar de que esta fue clausurada hace 15 años por al Corporación Autónoma Regional del Tolima, Cortolima.
La reactivación de esta actividad minera ha despertado la indignación de los habitantes, quienes se ven atrapados en un limbo de incertidumbre. «Los mineros aseguran tener permiso, pero nunca nos lo han mostrado», afirmó Luz Mary, dejando entrever la falta de transparencia y la posible ilegalidad de las operaciones.
La situación se agrava con las detonaciones diarias que reverberan en el entorno. «Se nos han infartado varias gallinas por las explosiones. Mi mamá, que tiene 88 años, vive angustiada cada vez que escucha ruidos, pensando que están explotando la mina», dijo.
A pesar que se han presentado quejas ante la Fiscalía y la autoridad ambiental, la respuesta ha sido insuficiente. «Cortolima estuvo hace un mes y medio, pero no han vuelto, y los mineros siguen trabajando como si nada», señaló la afectada.
Además, la familia Medina enfrenta conflictos con un vecino que intenta facilitar el acceso a los socavones a través de su terreno. «Estamos haciendo una casa de bareque, y eso nos ha convertido en ‘la piedra en el zapato’ para ellos, porque no pueden pasar por nuestro terreno», añadió Luz Mary, enfatizando la tensión que se ha generado en la comunidad debido a la ambición de unos pocos.
Frente a la inacción de las autoridades, la comunidad de La Helena sigue buscando alternativas para frenar esta explotación y proteger su fuente hídrica vital. «Queremos saber qué acuerdos podemos hacer y que alguien nos escuche, porque si se seca la fuente, nos quedamos sin nada», concluyó la mujer.
Hasta el momento, las autoridades locales y ambientales no han emitido pronunciamiento alguno sobre la situación, dejando a la comunidad en una incertidumbre preocupante y en un estado de vulnerabilidad que podría tener consecuencias devastadoras si no se actúa con prontitud.