Kihara, robada en Bogotá fue recuperada en zona rural de Ibagué con grave maltrato físico
Kihara, tiene en las almohadillas de sus patas, las huellas de la tragedia que hoy enluta a su familia. Dos ciudadanos extranjeros la llevaban rumbo a Cali, todo parece indicar que la habían obligado a caminar desde el sábado Santo.
La patrulla de vigilancia de la subestación Coello de Cocora, logró la recuperación de un animal de raza Golden Retriever, que al parecer había sido hurtada el Viernes Santo en el barrio Casablanca de la localidad de Suba, en la ciudad de Bogotá. Luego de verificada la información de propiedad, fue entregada a su familia.
Su rescate, se dio gracias a la red de apoyo del gremio de transporte de carga que transitan por las vías nacionales quienes, al paso por el corregimiento de Coello de Cocora, alertaron a la patrulla de vigilancia sobre la presencia de dos sujetos sospechosos que venían kilómetros atrás como polizones en otra tractomula, con el animal color café.
De acuerdo con la información suministrada por la red de apoyo, en algunos grupos de WhatsApp, estaba circulando una información, sobre el presunto homicidio de una persona en Bogotá y el hurto de su mascota, con características similares al que venía viajando con los dos sospechosos.
La policía acantonada en Coello de Cocora, detuvo la marcha de la tractomula en la que venían los dos sujetos, quienes fueron conducidos a las instalaciones de la subestación con el fin de verificar la información que había sido entregada por los ciudadanos y determinar el estado de salud del canino que viaja junto a ellos.
Con el apoyo del grupo de protección ambiental de la policía de carabineros, se logró establecer que se trataba de una perrita de raza Golden retriever, con evidentes maltratos físicos en diferentes partes de su cuerpo, incluyendo las almohadillas de sus patas que presentaban irritación severa, al parecer por las largas jornadas de caminata a la cual había sido sometida.
Por este motivo, la Policía Nacional, realizo la incautación del canino, quien fue puesto bajo el cuidado del CAPA, como autoridad ambiental de la ciudad.
Los policías que estaban frente al caso lograron obtener un numero de celular, de un familiar del dueño del perrito, que recordemos, presuntamente había sido asesinado en Bogotá, días atrás.
Al comunicarse con ese número, contesto una mujer, que se identificó como tía de la víctima, al preguntarle sobre las características de la perra, describió con pelos y señales a la golden retriever que estaba allí sentada. La señora les informa a los uniformados que, es una perra y que responde al nombre de Kihara, dato que se desconocía hasta ese momento.
En vista que los foráneos, afirmaban que la perra era de ellos y que respondía al nombre de Milu, los policías decidieron hacer una sencilla pero contundente prueba.
¡milu! ¡milu! pero la perrita no se inmutaba, al llamarla por el otro nombre ¡kiara!, se emocionó, y empezó a ladrar, tal vez queriendo decir ¡si soy yo!
La persona, familiar de la víctima, suministro fotografías y el carnet de vacunación de la mascota, con lo que se logró establecer con más veracidad, que se trataba de khiara y era de su propiedad.
En las instalaciones del comando de la policía Metropolitana de Ibagué, la policía nacional, hizo entrega de Kihara a los miembros de su familia.
Que se sabe de los hechos ocurridos en Bogotá
De acuerdo con información recolectada con los familiares de la víctima, se ha podido establecer que, en la madrugada del viernes 29 de marzo, Jefferson Alexander Montoya González, de 30 años, de nacionalidad venezolana e integrante de la comunidad LGTBIQ+, presuntamente fue asesinado mediante asfixia, con el objetivo de hurtar varios objetos de valor de su residencia y dos caninos de su propiedad, uno de raza pincher y una de raza golden retriever.
De los responsables del hecho, los familiares afirman que, se trataría de dos sujetos, allegados y connacionales de la víctima, quienes se estaban quedando en su apartamento desde el martes 26 de marzo, y que casualmente desaparecieron el viernes, antes de que fuera hallado sin vida Jefferson Montoya.
Montoya, vivía hace 6 años en la ciudad de Bogotá, su único familiar en Colombia, una tía que residía en el segundo de la misma casa de los hechos, y fue quien informo a su núcleo familiar, quienes viven en Venezuela.
Su hermano, llego desde Venezuela a Bogotá, para ponerse al frente de la situación, interponer la respectiva denuncia y llevarse consigo rumbo a su país de origen, el cuerpo sin vida de Jefferson Montoya.