Personero pone en duda la promesa de Aranda de entregar el Acueducto Complementario para el cumpleaños de Ibagué
Uno de los puntos más alarmantes es la situación del tanque de Mirolindo.
El tan esperado Acueducto Complementario de Ibagué, prometido por todas los gobiernos de turno como la solución definitiva a los problemas de agua en la ciudad, está en riesgo de convertirse una vez más en un monumento a la decida y la falta de compromiso.
A menos de dos meses del aniversario de la ciudad, Eduardo Espinosa, personero de Ibagué, expresó serias dudas sobre la capacidad de la alcaldesa Johana Aranda, para cumplir con la entrega de la obra el próximo 14 de octubre, fecha que fue anunciada con bombos y platillos.
La Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Ibagué, IBAL, ha insistido en que la obra estará lista a tiempo. Sin embargo, el jefe del Ministerio Público, reveló tras una reciente visita a la planta de Boquerón, que el avance en la construcción es prácticamente inexistente desde la inspección anterior realizada en abril.
«Nos encontramos con que los trabajos siguen estancados; hay conexiones críticas que aún no se han realizado, y las promesas de IBAL se quedan cortas frente a la realidad en el terreno», señaló el personero.
Uno de los puntos más alarmantes es la situación del tanque de Mirolindo. A pesar de las anunciado por el IBAL sobre el llenado del tanque de la Fiscalía, Espinosa advirtió que el abastecimiento de agua hacia Mirolindo está lejos de estar garantizado.
Según los constructores locales, las obras de conexión están incompletas y la responsabilidad se diluye entre el IBAL y los desarrolladores, quienes no han cumplido con sus compromisos. Esta falta de coordinación amenaza con retrasar aún más la puesta en marcha del acueducto, dejando a la comunidad que reside en el norte de Ibagué, con pocas esperanzas que el agua llegue a sus hogares en el corto plazo.
Además de los retrasos, el personero también mencionó la preocupación creciente entre la comunidad y la veeduría Vapi, sobre posibles fallas estructurales en el proyecto, especialmente tras la explosión de una tubería clave. «Es una situación que no solo pone en riesgo la entrega de la obra, sino que podría generar problemas graves a futuro si no se toman las medidas correctivas necesarias», agregó.
El personero no ocultó su escepticismo, señalando que, aunque espera que la administración municipal cumpla con la fecha prometida, la realidad es que los avances son mínimos y los riesgos son altos.
En su papel como órgano de control, Espinosa anunció que en unos 15 o 20 días se realizará una nueva visita de inspección, con el objetivo de monitorear de cerca cualquier progreso y mantener a la ciudadanía informada sobre el estado real de la obra.
Mientras tanto, los habitantes de Ibagué siguen esperando con creciente frustración, viendo cómo una promesa que debió traerles alivio podría convertirse en otro capítulo de decepciones.
La administración de Johana Aranda se enfrenta a una cuenta regresiva crítica, donde cada día que pasa sin avances significativos en el Acueducto Complementario es un día más de incertidumbre para la comunidad.