
Rector de la UT se aparta del cargo tras denuncias por violencia de género y escándalos administrativos
Omar Mejía Patiño pidió una licencia temporal tras señalamientos graves que no aclara y de los que, según él, no conoce ni una sola prueba.
Omar Mejía Patiño, rector de la Universidad del Tolima, anunció hoy 13 de mayo que se aparta temporalmente del cargo. Lo hizo a través de un comunicado dirigido a la comunidad universitaria, en el que reconoce que ha sido objeto de señalamientos, pero no ofrece información clara sobre el contenido de la denuncia, su origen ni su contexto.
La decisión, que llega en medio de una creciente tensión interna, fue presentada como una medida administrativa para dar “plenas garantías” a las autoridades. Sin embargo, el mensaje omite detalles y deja abiertas más preguntas que respuestas.
En su pronunciamiento, Mejía afirma que desconoce los señalamientos en su contra y que, por tanto, no puede argumentar una defensa. Pese a eso, decide abandonar temporalmente su cargo, en lugar de exigir públicamente conocer los hechos y confrontarlos de manera directa.
No hay una sola línea en la que explique por qué se radicó la denuncia ni cuál es el motivo que lleva a una figura pública como él a retirarse en plena gestión. En su lugar, se concentra en resaltar logros pasados de su administración y en insistir en su “trayectoria basada en la transparencia”.
Resulta contradictorio que, siendo un funcionario que afirma haber promovido la rendición de cuentas, evite hacer públicas las razones de fondo que lo obligan a tomar esta decisión.
Aunque el rector no menciona el tipo de denuncia, sí incluye en el comunicado un llamado a actualizar el Protocolo de Atención a las Violencias Basadas en Género y el Régimen Disciplinario con Enfoque de Género. El mensaje, ubicado al final del texto, no pasa desapercibido y ha sido interpretado por miembros de la comunidad como una alusión indirecta al tipo de hechos que estarían detrás del proceso.
La coincidencia entre el contenido del comunicado y ese llamado específico deja entrever un contexto que el rector no se atreve a mencionar con claridad. En lugar de aportar a la transparencia, alimenta la incertidumbre.
Al presentar su retiro como una decisión “por el bienestar de su familia”, Mejía intenta centrar el foco en su situación personal, desplazando la discusión institucional que debería ser prioritaria. La Universidad del Tolima no está enfrentando una crisis emocional privada, sino un posible caso que involucra al máximo directivo de la institución.