Alcaldesa de Ibagué, la gran ausente en la postulación del Tolima como sede de Juegos Nacionales
Este episodio resaltó aún más la disonancia entre el discurso y las acciones de la alcaldesa.
Una controversia se desató en Ibagué tras la ausencia de la alcaldesa Johana Aranda en un evento crucial para el futuro deportivo de la ciudad.
El pasado martes 16 de julio de 2024, mientras la gobernadora del Tolima, Adriana Magali Matiz, junto a otros alcaldes, presentaba ante el Gobierno Nacional la propuesta para que el departamento sea sede de los XXIII Juegos Deportivos Nacionales, VII Juegos ParaNacionales 2027 y los II Juegos Deportivos Nacionales Juveniles 2028, Aranda optó por celebrar el Día de la Virgen del Carmen, patrona de los conductores.
Este acto de devoción generó una tormenta de críticas y cuestionamientos sobre las prioridades de la mandataria local. Es sabido que Aranda pertenece a la comunidad evangélica, la cual no reconoce la festividad de la Virgen del Carmen, lo que hizo aún más inexplicable su decisión de ausentarse de un evento tan relevante para el desarrollo deportivo y económico de la ciudad.
La postura de la alcaldesa no solo puso en duda su compromiso con el deporte y el desarrollo de Ibagué, sino que también evidenció una falta de cohesión y trabajo en equipo con la administración departamental.
La ausencia de Aranda en un momento tan crucial contrastó agudamente con los esfuerzos de la gobernadora Matiz, quien busca saldar la deuda social a los ibaguereños dejada por el fracaso de los Juegos Deportivos 2015 y convertir a la ciudad en un epicentro del deporte nacional.
Este episodio resaltó aún más la disonancia entre el discurso y las acciones de la alcaldesa. A pesar de haber expresado en numerosas ocasiones su intención de posicionar a Ibagué como una ‘Ciudad Destino Deporte’, su reciente decisión sugirió lo contrario.
La actitud de Aranda dejó entrever una falta de compromiso que podría tener serias repercusiones para la comunidad ibaguereña, enviando un mensaje de desunión y desinterés en un proyecto de gran envergadura para la región.
El contraste es claro: mientras unos trabajan arduamente por el progreso y la reparación histórica de Ibagué, otros parecen priorizar sus creencias personales sobre el bienestar colectivo.
La ausencia de Johana Aranda en este evento crucial ha dejado una sombra de duda sobre su liderazgo y ha generado una polémica que difícilmente se desvanecerá sin consecuencias.