Ibagué

Las contradicciones de la alcaldesa de Ibagué: del regaño público al emotivo discurso al inicio de 2025

El ambivalencia de tono no pasó desapercibido.

La alcaldesa de Ibagué, Johana Ximena Aranda, inició el 2025 con un show mediático que dividió opiniones. El 1 de enero, la mandataria sorprendió al recorrer algunas dependencias de la administración municipal, donde, al no encontrar contratistas laborando, no dudó en calificarlos de «flojos» en un acto que no tardó en ser expuesto a nivel nacional. Las críticas no se hicieron esperar, y lo que parecía una estrategia para demostrar autoridad se transformó en una ola de críticas que dejó a Aranda en el ojo del huracán.

Sin embargo, pocos días después, la mandataria mostró una nueva faceta: la empatía y cercana. En una reunión con su equipo de trabajo, la ‘Hurtadista’, intentó borrar el impacto de su polémica acción inicial con un discurso que, entre risas y bromas, buscó reforzar la unión.

«Recordarles que ustedes son lo más importante en esta Administración Municipal para poderle cumplir los sueños a los adultos mayores, a los niños y para poder tapar los huecos de esta ciudad», afirmó, en una grabación que fue difundía.

El ambivalencia de tono no pasó desapercibido. Para algunos, esta transición fue vista como una reacción desesperada para recuperar terreno frente a una opinión pública que la señaló de haber expuesto a sus funcionarios en una maniobra calculada para ganar protagonismo.

Aranda incluso entregó a sus colaboradores unas libretas con mensajes inspiradores, remarcando la importancia del compromiso en la administración pública. “Les pido que escribamos una gran historia en este 2025. Queremos una huella imborrable en el corazón de los ibaguereños”, declaró, mientras bromeaba sobre los colores de las libretas destinadas a los hombres. Sin embargo, estas acciones no han sido suficientes para acallar las críticas.

El contraste entre el discurso inicial de recriminación y el posterior intento de cohesión deja en evidencia la fragilidad de una estrategia que parece más enfocada en el espectáculo que en resolver los problemas estructurales de Ibagué.

Al cierre de la primera semana de enero, lo único claro es que el reto de “escribir una gran historia” en esta administración no puede quedar plasmado únicamente en libretas, sino en acciones reales que respondan a las necesidades urgentes de los ibaguereños.

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