Orozco se va, pero sus ‘elefantes blancos’ se quedan
El desfile de promesas inconclusas en el Tolima.
El diputado Carlos Reyes destapó la caja de Pandora que deja tras de sí el gobernador del Tolima saliente, José Ricardo Orozco Valero. Sin mordazas ni medias tintas, Reyes señaló los ‘elefantes blancos’ que adornan el paisaje de promesas inconclusas hechas por Orozco en la región.
La vía Ibagué – Rovira, un proyecto que devoró 77 mil millones de pesos y 24 kilómetros de asfalto, sigue sin ver la luz al final del túnel, dejando a los rovirences con la deuda de una carretera a medio construir. Casi similar se registra con la vía Líbano – Santa Teresa, otra víctima de las promesas incumplidas, se suma al desfile de obras inconclusas que quedan como testigos de la gestión de Orozco.
El diputado no se detuvo ahí; expresó la falta de cofinanciación del gobierno nacional, un aliado que brilló por su ausencia, y denunció una distribución desigual de recursos, donde el sur del Tolima se llevó la tajada más grande, dejando al oriente condenado al olvido y al norte con migajas de inversión.
El manejo de los hospitales tampoco escapa a la crítica del asambleísta, quien sostuvo que la gestión del mandatario seccional se desbordó en gastos y politiquería, dejando a la salud en segundo plano.
Las obras de infraestructura, lejos de ser la excepción, se suman a la lista de ‘elefantes blancos’ que parecen haber hecho del Tolima un campo de promesas rotas.
En medio de la despedida de Orozco, Carlos Reyes dejó claro que las palabras no bastan; son los ‘elefantes blancos’ los que contarán la historia de un gobierno que prometió mucho, pero entregó poco.