Política

Concejal del CD convirtió las sesiones extras en un circo donde repartió bananos

La Corporación, lejos de recuperar su credibilidad, sigue hundida en el desprestigio y la falta de confianza, y espectáculos como el de ayer no hacen más que profundizar el desencanto ciudadano.


Las sesiones extraordinarias del Concejo de Ibagué han sido utilizadas para todo, menos para lo que realmente importa: el análisis y la discusión de los tres proyectos para los que la alcaldesa Johana Aranda convocó a los cabildantes.

Muchos ciudadanos coinciden en que los millones de pesos destinados al pago de honorarios por estos 10 días de sesiones bien pudieron haberse invertido en la recuperación de la malla vial o en la solución de problemas mucho más graves que aquejan a la capital tolimense.

Durante la sesión del lunes 24 de febrero, el pintoresco cabildante Geovanny Martínez, decidió convertir el recinto de la democracia en un circo, repartiendo bananos a diestra y siniestra, como si el Concejo fuera una plaza de mercado. Según él, se trató de un gesto para exaltar el trabajo de los campesinos, pero para muchos de sus colegas fue la gota que colmó la paciencia.

Las payasadas del ‘Hurtadista’ Martínez, concejal del Centro Democrático, han sobrepasado los límites de la decencia y han convertido al Concejo en un espectáculo bochornoso.

En su intervención, Martínez intentó justificar su show diciendo: «Esto es lo que se produce en el campo, lo que cosechan nuestros campesinos día a día. No es plátano, concejal Javier Mora, son bananos, bananos criollos. Me preguntó que si los mandamos a fritar… No, son bananos. Por eso debemos apoyar al campesino, hayan votado o no por nosotros. Si ellos no cultivan esto, difícilmente lo podríamos tener aquí.»

Más que un homenaje a los trabajadores del campo, la intervención de Martínez pareció un intento desesperado por llamar la atención y evadir la verdadera razón de las sesiones extraordinarias: debatir y legislar en favor de los ibaguereños.

El concejal William Rosas no tardó en reaccionar y aprovechó la oportunidad para lanzar dardos certeros sobre el estado de la política local. Con un tono irónico y visiblemente molesto señaló:

«Yo no había vuelto a decir esto, pero por favor… venir a decirle a otro que si es que no conoce los bananos… Esto ya raya con lo absurdo. Y no sé por qué el concejal Javier Mora se deja ridiculizar de esa forma. Exijo que el Concejo vuelva a tomar la altura que debe tener. Se llama ‘Honorable Concejo’ porque representa a la ciudadanía. Representen a la ciudadanía como es y no hagan que esta situación se convierta en un tira y afloje. Entonces, ¿mañana me van a decir que cómo es la yuca? ¿Que pasado mañana las naranjas? ¿Que si conozco el sector rural?»

Continuó con su crítica a la manera en que algunos cabildantes entienden la política: “Aquí hay que estudiar, hay que leer, hay que analizar. Yo no soy del político arcoíris, que hoy es de un color y mañana de otro. Aquí el reconocimiento de la gente no se gana con fotos ni con discursos vacíos. Se gana con trabajo y resultados. Hagamos la construcción política con hechos, no con espectáculos.»

La sesión terminó en medio del desconcierto y la indignación de algunos concejales que ven cómo el desprestigio de la Corporación sigue creciendo. Mientras tanto, Ibagué sigue esperando que el Concejo haga algo más que repartir bananos.

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